Cerdeño, Colloto, Limanes, Faro, Pando y Abuli

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Datos básicos

Clasificación: Turismo activo

Clase: Rutas en Asturias

Tipo: Rutas

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Oviedo

Parroquia: Oviedo

Entidad: Cerdeño

Comarca: Comarca de Oviedo

Zona: Centro de Asturias

Situación: Montaña de Asturias

Código postal: 33010

Cómo llegar: Cerdeño, Colloto, Limanes, Faro, Pando y Abuli

Dirección digital: 8CMP959M+9M

 

Cerdeño, Colloto, Limanes, Faro, Pando y Abuli

Descripción:

Esta ruta está calificada como «Ruta a pie»

  • Acceso: Desde Oviedo capital
  • Se inicia el recorrido en Cerdeño, siendo el final en Abuli
  • Itinerario: Cerdeño - Colloto - Limanes - Faro - Pando - Abuli.

Descripción de la ruta

Inmejorables posibilidades presenta el concejo de Oviedo para los buenos degustadores de excelencias paisajísticas y arquitectónicas y del enriquecedor trato con el paisanaje. El recorrido turístico siguiente es uno los ocho propuestos y recomendados oficialmente por el Ayuntamiento de Oviedo, el cual los editó bajo el título de Rutas y lugares del concejo de Oviedo (María Palacios, Celia Varela y otros). Permiten al visitante hacerse una visión global y significativa del municipio ovetense.

LA RUTA

Transita por el centro del concejo hacia su zona más oriental. La recompensa: el gratificante encuentro con aldeas de ambiente tan rural y tan próximo al centro de Oviedo y la riqueza, histórica más que artística, de sus pretéritas construcciones (casonas, pequeños templos...).

Una de las posibilidades es partir de la calle Uría para después entrar en la de Argüelles y su prolongación, hacia Jovellanos. Luego, se baja por Azcárraga hasta irrumpir en las avenidas Tenderina Alta y Baja (Campo de los Patos, junto a la Fábrica de Armas) que permiten entrar en la N-634; ésta nos acerca a Colloto.

CERDEÑO-COLLOTO

Todavía dentro del contorno urbano, apenas tomada la N-634, se halla una estación de servicio, a mano derecha. Se interrumpe la marcha un poco más allá, en Cerdeño (lugar de la parroquia de Oviedo, de 295 habitantes y 200 m de altura), al que 1 km separa del centro de Oviedo. Es la frontera este del casco urbano. Se sigue avanzando por la N-634 hasta llegar a la industriosa localidad de Colloto/Cualloto (1.954 habitantes, 175 m de altitud y a 8 km de Oviedo), en continuo crecimiento urbanístico. Se reparte entre el concejo ovetense (parroquia de Oviedo) y el de Siero. En sus confines se halla la iglesia parroquial de Santa Eulalia, de original fábrica románica (s. XII), aunque muy alterada por inconveniente reforma del año 1924, que le ha sustraído su ruralidad en «beneficio» de una dudosa estética. Por fortuna, salvó la semicircular cabecera, verdadera joya románica precedida por un holgado tramo recto, con un arco de triunfo, muy a tener en cuenta, de doble arquivolta sobre cuatro columnas (dos a cada lado) compuestas por capiteles espléndidamente esculpidos: un pavo real con cabeza humana, pájaros descabezados, hojas lanceoladas, mono a lomos de un animal monstruoso con alas, más otras representaciones propias de la mitología románica. El resto del templo naufraga en corrientes historicistas, modernistas y montañesas: tres naves —la central, de mayor altura— delimitadas por grupo de arcos sostenidos por gruesos pilares, decoradas vidrieras y torre poligonal con techumbre de alargado alero. Una placa fijada en el porche indica el año de la remodelación (1924) y suido en otro, protege un paso utilizado durante generaciones y generaciones por los peregrinos del Camino de Santiago —ruta de la costa—. Presenció y fue además escenario de abundantes enfrentamientos entre bandos nobiliarios en el transcurso de los agitados ss. XIV y XV. En 1369 partidarios de Pedro el Cruel y de don Enrique, su hermanastro, midieron en este lugar sus fuerzas, como igualmente lo hicieron los bandos mandados por Juan Bernaldo de Quirós y Melén Suárez Valdés, saliendo victorioso el primero de ellos. Quien luego fuera un destacado caballero, Diego Meléndez, hijo ilegítimo del vencido, escapó de la muerte al refugiarse «so la ponte».

La vieja arquitectura industrial centra su interés en la Fábrica de Cerveza (1868-1898), antigua Aguila Negra, donde resalta un cuerpo central, custodiado por dos almenadas torres de ladrillo, abriéndose en los muros considerables arcos acristalados de parecido oriental; y dentro del casco urbano, en la Fábrica de sidra espumosa Cima (1875), fundada por José Cima García, natural de esta localidad y emigrante a Cuba, de donde regresó enriquecido. La mayor parte de su producción sidrera la destinó a ultramar, donde esta bebida autóctona arraigó con fuerza. De planta poligonal, en su racionalista edificio las tres fachadas abren vanos —curvos en el piso bajo y rectos en el medio y superior— encuadrados por salientes como frontones.

La detenida visita a la población no puede ignorar un chalet, el nº 43, ubicado entre la fábrica de sidra y la plaza de Pepín Rodríguez. Se trata de una ecléctica obra cúbica de finales del XIX y comienzos del XX. Consta de dos pisos en altura, además de buhardillas orientadas al sur y oeste. Rejas, molduras, pilastras, pináculos, temática floral y geométrica o frontones son algunos de los componentes ornamentales de sus fachadas. Por una escalinata se llega al frente principal, que incorpora, sobre columnas de corte modernista, un gran mirador, donde se combina la madera, el cristal y la forja de la balaustrada. Rematan los ángulos de los frontones unas rizadas acróteras.

COLLOTO-LIMANES

Orgullo de Colloto es su hijo Pepín Rodríguez, nacido el 4 de marzo de 1886. Falleció en La Habana en 1954. Aún niño se fue a Cuba —donde se instruyó—, en busca de fortuna y a fe que lo consiguió, llegando a ser el más poderoso de los industriales tabaqueros del momento (era el propietario de la fábrica de tabacos Romeo y Julieta). Este indiano no descuidó las obras de beneficencia, como lo demuestra la Sala Pepín Rodríguez en el sanatorio cubano de la Esperanza o, en su pueblo, la Fundación Pepín Rodríguez, precioso establecimiento escolar de 1910, en su época todo un caso paradigmático de innovación profunda en las técnicas pedagógicas. Los alumnos podían hacer uso de novedoso material: máquinas de escribir, proyectores, maquetas, aparatos de gimnasia y, en el suelo del patio interno, un gran mapa de España en relieve calcando sus accidentes geográficos. La edificación, que posteriormente se amplió con un aula destinada a discentes de mayor edad, combate su sobriedad con alternancia de huecos escarzanos y rectos. Las ventanas figuran encuadradas con molduras. La buhardilla a dos aguas en la fachada principal y los quebrados frontones de las laterales son otras aportaciones significativas. Una lápida reproduce un velero flanqueado por aves y navegando rumbo a la isla cubana. Tan ilustre collotense, además del monumento que tiene en Cuba a su memoria, no fue olvidado en su propia tierra; así, en el barrio de Roces se le erigió un monolito, con una cara ocupada por un bronce simbólico de la filantropía —una mujer que acoge entre sus brazos a dos niños con libros—; en la otra, está su busto, inaugurado en 1940, cuya autoría corresponde al catalán José Clará (el texto de la inscripción es el siguiente: A PEPIN RODRIGUEZ COLLOTO AGRADECIDO AGOSTO 1940).

El centro de Colloto es el inicio de una señalizada carreterita hacia Limanes (límite del concejo ovetense con el de Siero). El paisaje industrial y urbano se troca en otro inconfundiblemente rural, jalonado por casas simples y sobrias —algunas de ellas con anexas cuadras— y modernos chalés. Carretera adelante, se topa el visitante con la aldea de Roces (94 habitantes, 240 m de altitud y a 4 km de la capital), perteneciente a la feligresía de Limanes. Luego sale al encuentro Limanes/Llimanes, parroquia de 800 habitantes. La iglesia parroquial de Santa María de la O de Limanes, ahora muy alterada, obedece al románico popular asturiano. Se acomoda en el lugar de Vallín, perteneciente al concejo de Siero. Habla de ella por vez primera documentación fechada en tiempos de Alfonso II. Ramiro II donó Santa María de Novelato de Limanes a la basílica ovetense de San Salvador. Una espadaña barroca, con tres arcos, a la que adornan pináculos de puntas y bolas, corona la fachada. En el flanco sur hay dobles ventanas de tipo neogótico, el pórtico y portada de arco apuntado con impostas y guardapolvo ornados con ajedrezado. Internamente, presenta una sola nave, cubierta por bóveda de cañón provista de lunetos. Las dos capillas, tal vez del XVI, componen el crucero; la del sur la aboveda crucería estrellada. El arco de triunfo, románico, lo forman dos gruesas y lisas arquivoltas sobre cuatro columnas y capiteles de ornamentación variada respecto a los motivos: piñas, serpientes entrelazadas, animales afrontados... La bóveda se enriquece con pinturas murales, ya muy dañadas, probablemente de fines del XV. Toda la temática gira en torno a las distintas secuencias de la pasión de Cristo: la Ultima Cena, Cristo ante Pilatos, La coronación de espinas, La crucifixión (junto al Evangelio), La oración del Huerto, San Pedro cortando la oreja al romano, La flagelación, El descendimiento, La sepultura y La resurrección (en el lado de la Epístola). El centro de la bóveda lo preside el Pantocrátor y los Tetramorfos.

LIMANES-FARO

Terminada la visita a Limanes, la ruta va hacia Faro (Faro de Abajo —70 habitantes, 220 m de altura— y Faro de Arriba —153 habitantes, 310 m de altitud—, ambos integrados en la parroquia de Limanes y a 6 km de Oviedo), lugar de pequeñas casas y hórreos, aunque lo que verdaderamente la singulariza es una tradición alfarera de muchos siglos. Llamas de Mouro, Miranda y el citado pueblo de Faro son los tres pilares de la cerámica tradicional asturiana. La ermita de San Lorenzo, en Faro de Arriba, es de pequeño tamaño, ajustándose a los cánones del estilo popular asturiano. Prosiguiendo el itinerario, un desvío a la derecha permite acercarse a las antiguas escuelas de Faro. Las vistas desde aquí son magníficas: la capital y el monte Naranco, como telón de fondo, a la derecha; y a la izquierda, la sierra del Aramo.

Sin embargo, la popularidad a Faro le viene de la alfarería. El primer documento del que puede presumir esta actividad es uno del monasterio de San Vicente, fechado en 1079, donde se menciona a un «Martín, ollero, con su esposa e hijos..». Posteriormente, el Marqués de Ensenada (año 1749) efectúa un recuento de los alfareros implantados en la zona: un total de 70. Aurelio de Llano (Caravia, 1868-Madrid, 1936), investigador y folclorista asturiano, dejó escrito: «Los habitantes de Faro, desde muy antiguo, vienen dedicándose a la fabricación de vasijas ordinarias. Es tradicional entre ellos que en los tiempos remotos sus antepasados fueron gobernados por un rey alfarero». El proceso industrializador provocó que muchos de ellos abandonaran el trabajo artesanal por una ocupación en las fábricas. Al pie del cañón sólo se mantuvo una familia, los Vega Gutiérrez: Lito y Selito, padre e hijo, respectivamente, al que se han incorporado dos sobrinos del segundo, Nacho y Vanesa Artime Vega, asegurando de esta manera la deseada continuidad. En el taller de los Vega (zona alta de Faro) todavía se utiliza un gran y vetusto torno de madera, del que se obtienen las piezas más características: cerámica negra, resultado de la concentración de hierro en el barro, más otra modalidad, revestida de esmalte blanco resultante de dos cocciones. Todo el proceso, desde la recogida del árgoma y la extracción del barro del terreno, pasando por la labor de cocción en horno de ladrillo, sigue al pie de la letra el sistema empleado desde siempre por Lito. En su producción distinguiremos piezas no vidriadas, de brillante color negro (xarres o jarras para sidra, potes de fabes, jarros de tres asas), y las vidriadas (botijos, aceiteras, fuentes, escudielles o escudillas) para cuya decoración se recurre a ondas, trazos geométricos, hojas y representación esquemática de animales, predominando los colores amarillo, verde y marrón.

FARO-PANDO-ABULI

En Faro se reemprende la marcha por la carretera hacia Pando, pasando por Villamiana (297 habitantes, 250 m de altitud y a 4 km de Oviedo), lugar de la parroquia de Limanes. Entre quintanas y caserías, un camino de buen firme, aunque angosto, conduce a Pando/Pandu (núcleo de 92 hab., a 290 m de altitud y 4 km de la capital municipal; en la parroquia homónima), donde procede ir al encuentro de la iglesia de San Cipriano, de reducido tamaño, ahora rebozada en cemento. Dista mucho de parecerse al templo primitivo que Ordoño II tuvo a bien conceder a la Iglesia de Oviedo en el 921; la causa está en su sometimiento a posteriores reformas. Aun así, interesa el abierto pórtico del frente, sujeto por vigas de madera y rectos pies; éstos se apoyan en un muro de poca altura que circunda todo el porche. Su asentamiento en un cerro la convierte en una inmejorable atalaya, divisándose, a un lado, el valle, y al otro, la ciudad, su catedral y el monte Naranco. Una empedrada placita vecina acoge una casona rural en ruinas (ss. XVIII-XIX), de la que sobreviven fragmentos de sus poderosas paredes de piedra y la panera que hace ángulo con la construcción. Sillares de cantería encuadran puerta y ventana.

Sobrepasado Pando, el siguiente punto de parada es Abuli (128 habitantes, 200 m de altitud y a 2 km de la capital), pueblo de la parroquia de Oviedo en un tris de ser captado por la ciudad. La ermita de Santa Ana (s. XVIII), pequeña en cuanto a dimensiones, tiene cubierta a dos aguas y planta rectangular. Pese a desaciertos como el revoco de sus paredes o el cierre del pórtico, aún deja ver valiosas y bellas aportaciones: buenos sillares rojizos en esquinas y fachada; rematando la entrada, un gran arco apuntado, dispuesto sobre moldurados pilares; la bóveda de cañón, o la lateral saetera. Enfrente, se alarga la muy amplia y horizontal casa de los Pelayos, finca cerrada por un gran muro de piedra. Aloja instalaciones agropecuarias y vivienda. La fachada se asoma a la carretera; consta de tres cuerpos: los dos de los costados se adelantan tímidamente al central. Las ventanas disponen de encuadres y antepechos de grandes sillares, mientras que la puerta se coloca entre pilastras cajeadas y orejas.

Camino adelante, y bajando, se llega a la N-634 a la altura de Cerdeño

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